mala xena nunca muere

xena2

Jesús Arpal Moya (Jesús Jeletón)

There is a word for rebirth
But it connotes the aftermath

of a sticky death. A body is bound
so it sinks when it drowns

I am unsure that I have enough names
to be something other than what I am

Stillbirth, Yemoja
Logan February

20 de septiembre, equinoccio.
Oráculo del día: Persistencia, acción de estar.

 El círculo se hace tan grande que es una línea recta. Continuidad o cambio, según se mire. Dureza y fragilidad de las piedras. Cada dos meses, la serpiente muda su piel.

 Me viene la idea de una exposición como un proceso de ocupación y desocupación1; pensándolo ahora, no siempre en ese orden. Alguien iba a escribir este texto y el marco2  se ha hecho pedazos. Su texto iba dirigido a una exposición ahora cancelada. Xena ya fue en Harriak Balmaseda, y ahora vuelve a ser en Harriak Arrasate-Mondragón, en lugar de otra. Volviendo a lo que estamos, alguien iba a escribir otro texto, y aquí estoy yo escribiendo otro texto para otra exposición. Diferencias que han desembocado en un vacío3. Acompañar este vacío. No cubrirlo, señalarlo4. Espero contagiarte este deseo. Mientras, leo a Susana que de forma precipitada abrimos aquello que quedó abierto a otras posibilidades en la exposición Xena.

Justamente, una práctica conjunta.

 Mi nosotres-xena5  pide dejar los preámbulos y escribir de Xena, princesa guerrera; volver al cuento:

XenaGabrielleArgoAmbar (fanfiction 2)6

 Soy XenaGabrielleArgoAmbar, soy una relación7. Esta mañana empieza el otoño, y he llegado a una villa ajetreada, soy también una viajera, y hay calle y hay cubos de cristal, y camino por ellas. Llamo mucho la atención, suele pasar, decido perderme de vista un rato. Curioseando, entro caminando a pasos pequeños y lentos en el interior de un edificio abierto, en el que nunca he estado antes. El interior está más tranquilo, intuyo que aquí ha pasado algo, algo que tal vez aún cause miedo o fascinación o rencor. La entrada se abre a un patio de yeso y piedra, a la vez plaza con soportales y claustro, con lámparas apagadas y luz natural. Hay un grupo de unas seis personas sentadas en el suelo del centro del patio. Recitan de un libro, comentan, discuten lo recitado, no se fijan en mí. Debe ser un edificio comunitario; más que un templo o una escuela, una biblioteca.
Intento ser aún más silenciosa. Para las yeguas, caminar en este suelo de piedra gris muy pulida, es un ejercicio muy delicado que hace un sonido precioso. Desvío mi trayectoria, que apuntaba al centro, y la cambio por un círculo alrededor del grupo central pero mirando hacia fuera, como si estuviera admirando el edificio. Una de nosotras8, Gabrielle, sabe leer y mira de reojo el título del libro que varias personas del grupo tienen en las manos. En la cubierta pone «Beloved»; lo conozco, soy también una narradora de historias y ésta es una de las historias más importantes, especialmente para el otoño que empieza hoy. Motivo de más para no molestarlas.

 

¡Chas! Como un rayo y sin saber por dónde entra una perrita gris como una flecha corriendo por todas partes y ladrando, en el patio hay mucho eco, un ser tan pequeño arma un ruido tremendo y desbarata toda la situación. Sus uñitas repiquetean en la piedra pulida del suelo y corre tanto en todas direcciones que parece que rebote. Las yeguas reconocen a esta perrita, la han visto antes, en otra villa, y la observan con ternura. Se oye una voz que la llama desde fuera ¡Xenaaa! que insiste riendo y gritando ¡Xena, ven!! La perrita sale disparada igual que entró.

 

La gente del grupo de lectura nos mira, las miramos, hemos compartido una experiencia y ahora podemos mirarnos a los ojos. Al acabar el estrépito, no parece que nuestra presencia les moleste y vuelven a lo suyo. Sólo entonces nos damos cuenta de un sonido que antes ya estaba: unos golpecitos rítmicos, ¡pop! ¡pop! que salen de unas pequeñas cajas negra, atadas con cordeles también negros a un punto fuera de la vista, y colocadas en el suelo gris de una manera curiosa y que no sé a qué responde. Rodeando el grupo central, hay otros objetos negros, grandes fardos de ropa brillante, y entre dos columnas otras telas plegadas con imágenes en ellas. Las imágenes me dejan ver partes de otra que reconozco, un retrato en honor de otra princesa guerrera. Después veo que, en el corredor que nos contiene, hay más visiones flotantes y dibujos. Busco una abertura y paso al corredor. En una tela larga que vuela veo visiones como sueños de una pelota, de un juego de pelota, que corresponden con los golpecitos que suenan en las cajas. Creo que he soñado antes con esto. También ¡chas! una pequeña figura de un ave de largas patas y un cuerpo como de bola de pelos-pelota. De la figura arranca la tela que, tensa y fina como una venda, sube hacia el techo, muestra visiones, y huye por una ventana. Con astucia, la tela me ha hecho mirar hacia el techo, donde hay dibujos a medida que paseo. Ahora las imágenes son más sutiles, apenas líneas hechas con puntos escarlata sobre la bóveda blanca. Afinando la vista, los puntos rojos son irregulares; escamitas rojas de papel y algo que nunca había visto antes: besos marcados en la pared con pintura de labios. Las líneas forman contornos de yeguas, humanas, vacas, corzas, con sus cuernos unas, con sus arcos las otras, todas a la carrera. Doy la vuelta a todo el patio y me encuentro junto a la salida. El grupo del centro sigue su cuento, y yo seguiré el mío fuera de aquí, prosigo el viaje. El olor de la pintura de labios me acompañará tiempo después de ver estas marcas. También el sonido de la pelota y el tacto suave de las telas y de los cabellos.

 

Me dirijo a la plaza a comprar cosas que necesito, también con la esperanza de intercambiar historias. En la plaza, Gabrielle cuenta la historia del mecenas y el artista, el rey y el sabio, el noble y el maestro. Esa en la que el artista le dice al mecenas, el sabio le dice al rey, el maestro le dice al noble: «hay que cuidar al pájaro, no la jaula». A ver si esta historia abre conversación y la gente me cuenta qué se mueve en esta villa9.

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  1. Sorry-not-sorry por los fantasmas que convocan las palabras ocupación y desocupación; de Kukutza a Oteiza a Desokupa.
  2. De piedra, supuestamente.
  3. Como antónimo de piedra.
  4. Si sabes a qué me refiero tal vez sepas más que yo. Tal vez podamos hablar.
  5. La simbiosis de AinhoaAnderJesúsM.Susana.
  6. De los creadores de XenaGabrielleArgoAmbar fanfiction 1. Contiene spoilers de la expo Mala Xena nunca muere. Si no has leído la primera parte, está en De Xena a XenaGabrielleArgoAmbar, en la web de Harriak, acompañando la exposición Xena.
  7. Entre, al menos, dos humanas y dos yeguas.
  8. Esto es, de las que ahora somos yo.
  9. Si has llegado hasta aquí, tal vez hayas notado que hay expresiones que contienen códigos dirigidos a personas concretas. Es una ocasión de compartir que en todo texto hay varios textos ocultos. O búscame y me preguntas.