Una trenza es un tejido, es un peinado, es una cuerda y también es un bollo. Hay trenzas de ajos, de raíz, de espiga, francesas, africanas, griegas, romanas, mexicanas, holandesas, japonesas, vikingas, invertidas, cosidas, en cascada, en escalera, de diadema, de boxeadora, de corona, de hojaldre, de pescado, de lado…
Hacen falta como mínimo tres para hacer una trenza.
Hay que dividir para poder trenzar, dividir en tres cabos por lo menos, para poder trenzar. Dividir para unir, para fortalecer, fortalecer trenzando, tejiendo.
Trenzamos, entrelazando, entretejiendo, cruzando hebras, hilos, fibras, cordones, mechones de cabello… materiales flexibles, manipulables, cruzándolos repetidamente unos sobre otros, de tres en tres.
Creamos estructuras, patrones, tejidos que se expanden generando líneas que caen, que cuelgan, que conectan…
Trenzas rectas y curvas al mismo tiempo, que culebrean.
Y todos esos pelitos que se escapan de las trenzas.
Trenzas para embellecer, para comer, de pan dulce, de nueces, de hojaldre.
Para fortalecer, trenzas de pelo, cuerdas de pelo.
Trenzas en movimiento.
Tres trenzas, tres trenzando, tres trenzando trenzas.