gio bat / txitxarro

Gio Bat-Txitxarro es la intervención que tuvo  lugar en la discoteca Txitxarro el pasado sábado, 7 de junio.

Gio bat-Txitxarro  

Es la segunda intervención del proyecto Gio bat de Manu Uranga. Una imagen que se fragmenta y se satura hasta formar una única masa de la pista de baile. La introducción de un aparato y su disposición en una estructura mayor (la discoteca) influye en el movimiento de las personas que intervienen en ese lugar. Las alteraciones técnicas, los solapamientos de los cuerpos y sus desplazamientos van generando una misma imagen, una visión larga y concentrada. Una especie de atención sostenida en el tiempo.

Gio bat

En su conjunto, las partes que componen el proyecto Gio bat de Manu Uranga se pueden visualizar como una secuencia. Su producción toma sentido en relación al espacio ocupado por medio de acciones performativas y de la materialización escultórica. Los espacios donde parar, se convierten en lugares para el trabajo e intentan situar la secuencia temporal del proyecto: detenerlo y entenderlo. La propia condición de los espacios elegidos es lo que genera el deseo de seguir el curso de los acontecimientos y de creer en el proceso causa/efecto de este proyecto.

Gio bat está pensado para que, en su desarrollo, pueda generar flujos e inercias de cara a una forma de producción que, inevitablemente, se verá afectada por la relación con los espacios a intervenir. De esta forma el proyecto analiza la realización física mediante el cuerpo y el gesto y la relación material con el lugar a través de los soportes tecnológicos y sus dinámicas, pero también cómo esta relación obliga a reconsiderar el modo en que este mecanismo es presentado.

Una relación material que, por un lado, resulta más expresiva y estática, al estar centrada en “el objeto/mecanismo en si” y que, por otro lado, resulta más cinética y transitiva cuando se centra en “el acto de transformación” realizado sobre el propio mecanismo/objeto.

El mecanismo, que se pone en funcionamiento cuando este proyecto es ejecutado por un grupo de personas que manipulan las lanzas móviles sujetadas a la estructura de un espacio, se convierte en material sobre el que intervenir como una especie de prolongación del cuerpo, para con él experimentar nuevas maneras de ocupar el espacio con “despliegues” que lo desplazan de un lugar a otro.