Este proyecto se basa en relacionar cuerpos vivos e inertes a partir de su materialidad estética y a través del movimiento e ir en la búsqueda de diferentes formatos que puedan acoger estas prácticas.
Según ciertos puntos de vista, es el lenguaje lo que distingue a los seres humanos de los seres irracionales, entendidos estos como animales, insectos o plantas. Estas teorías ni siquiera colocan a los humanos en una escala similar a materiales inertes como el cemento, el látex u objetos como floreros o zapatos. Esta visión antropocentrista ha desarrollado un código relacional que limita el acceso a otras formas de comunicación y convivencia entre las cosas en el mundo. Es en estas posibles relaciones que hay por descubrir donde pongo el foco del proyecto. Es en esos posibles en los que el lenguaje se manifiesta desde lo inconsciente, desde la ensoñación de la materia y de su estado en el espacio y el tiempo. Es aquí donde me encuentro con el absurdo y donde reside un gran potencial estético que guía mis modos de trabajo. Me interesan esas relaciones con la materia en las que no existe un significado consistente.