Marginalia es una propuesta de reactivación crítica de la Biblioteca Pepe Espaliú. Formada por un heterogéneo conjunto de libros, revistas y otros fondos bibliográficos pertenecientes al artista cordobés Pepe Espaliú (1955-1993), la biblioteca fue donada por el artista a Arteleku – Diputación Foral de Gipuzkoa poco antes de su muerte. Tomando como horizonte el vigésimo aniversario del fallecimiento del artista en 2013, aunque sin someterse a él, el objetivo del proyecto no es tanto la reivindicación patrimonial del fondo, en un sentido conmemorativo, sino provocar su transformación productiva.
El proyecto se concreta en la puesta en marcha de un «laboratorio» de investigación y acción, entendido como una «parainstitución» colaborativa que impulsará un conjunto de iniciativas de análisis crítico y de producción artística. Este laboratorio operará a lo largo de un año y contempla dos planos de actividad:
- un proceso de investigación continuado en torno al fondo y otros materiales documentales relacionados, que considerará a Espaliú como síntoma y figura de condensación de una serie mutaciones de criterios críticos
- un conjunto de sub-proyectos de producción artística a cargo de una serie de artistas y colectivos invitados: Equipo re, Antonio Gagliano, Jeleton, y Pablo Marte y Susana Talayero (en colaboración). Estas producciones compartirán el interés por explorar los límites del archivo, interrogarse por los mecanismos de producción y acceso que le son inherentes, y potenciar las oportunidades de agenciamiento y resistencia que ofrece.
En vez de considerar la Biblioteca como una fortaleza aislada, lo que se propone aquí es tomarla como el nudo de una vasta red de relaciones, atravesada por múltiples fuerzas: el marco institucional que lo aloja; el espacio ideológico del archivo; la propia práctica de Espaliú; las políticas del Sida; o el paradigma de la afectividad.
La noción de «marginalia» que da título al proyecto se refiere a las notas, glosas y comentarios hechos por un lector en los márgenes de un libro. Como forma textual, supone una forma de escritura menor, pero en términos de pertinencia política, su funcionalidad radicaría en el reconocimiento de todo «margen» como espacio de posibilidad. A partir de esta idea, el proyecto se aproxima a la Biblioteca Pepe Espaliú desde sus «márgenes ontológicos», reivindicando su materialidad en cuanto que índice afectivo de toda una serie de experiencias situadas y promoviendo la actualización de sus potencialidades oprimidas.